Christian Nodal no quería ser ‘la sombra de nadie’, así que se convirtió en la megaestrella del mariacheño
No se parecía ni sonaba como nadie en la música regional mexicana, pero con su estilo mariacheño y su visión colaborativa, ha impulsado la explosión global del género.
Son los tatuajes los que realmente hicieron que Christian Nodal llamara la atención. Con su cuerpo y rostro tatuados, el astro del regional mexicano parece más un rapero o una estrella de rock que un artista regional mexicano.
“Yo no quería ser la sombra de nadie”, declara Nodal. “Yo sentía que [el género] estaba encasillado bajo estereotipos y yo quería como romper con todo. Siempre estuve como con esa insatisfacción de hasta dónde llegaba el regional”.
Desde que lanzó su carrera en 2017, Nodal, ahora de 25 años, se ha hecho un nombre con gran determinación, como un inconformista en un género ligado desde hace mucho tiempo a la tradición. Desde sus inicios a los 18 años, ha revolucionado la música regional mexicana como pionero del mariacheño, un subgénero que fusiona las cuerdas y los vientos del mariachi con el acordeón norteño.
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“Yo no quería faltarle el respeto a nadie, o la mentalidad de estas leyendas y artistas que es una mentalidad bajo unos cimientos bien sólidos de que así siempre ha sonado el regional mexicano”, explica. “Pero no era lo mío. Y no me sentía tan parte de eso. Entonces yo quería llevar todo con mucho respeto, pero hacerlo mío”.
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Cuando nos reunimos a mediados de diciembre en el Lienzo Zermeño, donde se llevan a cabo charreadas en medio de la bulliciosa ciudad de Guadalajara, Jalisco, Nodal irradia orgullo mientras relata el arco que lo ha llevado a la cima del mundo del regional mexicano en unos pocos años. Puede que parezca un malote (bromea sobre el papel que probablemente obtendría en una película debido a sus tatuajes), pero está lejos de serlo. Saluda amistosamente a los trabajadores del rancho y muestra una sonrisa tímida a los transeúntes que lo reconocen pero son demasiado tímidos para presentarse.
La entrada de Nodal al mundo del regional mexicano fue menos gentil. Cuando comenzó su carrera, los líderes del género eran puristas que se apoyaban en gran medida en el sonido tradicional que les había funcionado a ellos y al género que existe desde hace más de un siglo. Eso dejaba poco espacio para la experimentación, y algunos en la industria inicialmente se opusieron al enfoque poco ortodoxo de Nodal. “Al principio muchos vieron como al niño el primero año, y mi segundo año ya no les gustó mucho que yo siguiera ahí. Yo vi una cara del regional mexicano bastante cruda y real y fea”, dice Nodal. “Me dejó como muy decepcionado el regional, como ‘ok, entonces no va a funcionar esto de crear un vínculo amistoso, un vínculo de hacer canciones’. Murió esa idea para mí con el regional y dije ‘ok, no hay pedo, me voy por acá’”.
Con ese fin, Nodal ha colaborado con artistas mucho más allá del regional mexicano, incluidos Romeo Santos, Kany García, David Bisbal, Sebastián Yatra y Maná, pero sin sacrificar su estilo mariacheño. (Sus pocas colaboraciones con artistas regionales incluyen a Alejandro Fernández, Banda MS y Ángela Aguilar). También ha buscado nuevas voces para componer canciones, entre ellas el nominado al Grammy Edgar Barrera, quien coescribió algunos de los mayores éxitos de Nodal.
Esa voluntad de desafiar las normas del género impulsó al cantante mariacheño, cuya estética de vaquero urbano incorpora chalecos de cuero, collares de diamantes, aretes llamativos y grandes anillos en los dedos, a tener un año notable tanto a nivel profesional como personal en 2023. En diciembre, concluyó su Foraji2 Tour, una gira de 31 fechas producida por Cárdenas Marketing Network, que comenzó en agosto y que le siguió a su Forajido Tour de 22 fechas de 2022. Ganó su sexto Latin Grammy (mejor álbum ranchero/mariachi) por Forajido EP2; obtuvo su decimoquinto No. 1 en la lista Regional Mexican Airplay, un récord para un artista solista desde que se lanzó la lista en 1994, con “Un cumbión dolido” de ese set. Y se convirtió en padre cuando él y su pareja, la rapera y cantante argentina Cazzu, dieron la bienvenida a una niña en septiembre.
“Me acuerdo de esas veces que yo bajaba solo y me sentía solo”, dice Nodal, quien hoy vive en Argentina con Cazzu y su hija. “Ahora, bajarme ahí con la carreola y ver a la bebé, fue como que sentí que todo estaba perfecto. Pensé que iba a ser difícil [ir de gira con ella], pero la bebé en verdad nació siendo una rockstar”, continúa sin poder contener la emoción. “Cuando nació, estaba reventadísimo y no sé cómo le hacía para cambiar pañales, pero te da una energía, la motivación, la fuerza”.
Mucho ha cambiado — no solo en su vida personal, sino en el panorama más amplio de la música latina — desde que Nodal lanzó su primer sencillo, el dolorosamente hermoso “Adiós amor”, en 2017. Impulsado por trompetas aullantes, un acordeón conmovedor y la sorprendente madurez y evocador barítono de Nodal, la canción rápidamente lo consolidó como uno de los grandes vocalistas del género. Le valió a Nodal su primer No. 1 en Regional Mexican Airplay y pasó siete semanas en la cima de la lista. “Trabajar con él, lo que más puedo destacar es que siempre están estas dos cosas presentes: está el artista de otro planeta haciendo música y cantando de manera espectacular”, dice Afo Verde, presidente/CEO de Sony Music Latin-Iberia, que firmó a Nodal a principios del 2022.
Ahora, gracias a las puertas que Nodal ha abierto en unos pocos años y el sonido del que fue pionero, el regional mexicano domina los charts, y una nueva ola de artistas — que cantan corridos tumbados, tumbados románticos, sierreño triste o cualquiera que sea la última versión del género, y están deseosos de colaborar — ha tomado la delantera y globalizado un género que, si bien es parte de la columna vertebral de la música latina, durante mucho tiempo se consideró música para un público específico. Pero ninguno de ellos ha dominado como Nodal, quien lo ha hecho bajo sus propios términos.
“Todo coexiste”, dice. “Me divierte hacer fusiones, no trato de salir corriendo cuando algo funciona [para otros]. Cuido mucho no desviarme de la meta, y sentirme orgulloso de lo que hago”.
Nacido en Sonora, un estado del norte de México que limita con Arizona, y criado luego en Guadalajara y Ensenada, Baja California, Nodal creció en un hogar musical, escuchando pop, rock, rap, bachata y más. Pero también desarrolló un gran respeto por la música regional mexicana — “Nos traía la comida a la mesa en la casa”, dice — desde temprana edad. Y le encantaba ver a su abuelo tocar la trompeta: “Yo quería tocar trompeta antes de ser cantante; mi meta era ser como Arturo Sandoval”. El padre y mánager de Nodal, Jaime González, ha tocado la trompeta desde niño y es un veterano de la industria que manejó al fallecido cantante sierreño Ariel Camacho, una gran inspiración para Nodal. Hoy, el sello discográfico y compañía de management de González, JG Music, incluye a Nodal, Los Plebes del Rancho de Ariel Camacho y Los Elementos de Culiacán. González conoció a la madre de Nodal, Cristy Nodal, mientras tocaban en el mismo grupo musical, del que ella era la cantante principal.
“Nosotros somos músicos de toda la vida”, dice González. “Desde chiquitos a todos nuestros hijos les inculcamos la música pero más como un hobby, como una herramiente para que les ayuden con sus emociones. No tanto como negocio porque nosotros tenemos mucho tiempo en este negocio y no es fácil”. Pero Nodal quería cantar, así que su madre, cantante de mariachi por años, le enseñó a hacerlo. “Ellos estaban muy enfocados”, recuerda González. “Al principio yo no lo quería apoyar porque estaba al tope con lo de Ariel Camacho y porque esta es una carrera muy complicada y Christian es una persona muy sensible. Pero cuando llegaba de las giras de Ariel, me tenían unas canciones y le dije: ‘OK, te voy a grabar un disco’”.
Ese primer álbum no oficial incluyó una versión de “Adiós amor”, un tema previamente grabado por Los Dareyes de la Sierra. Su mamá quería que lo grabara al estilo mariachi, pero “yo en verdad el mariachi lo tenía contemplado como algo muy antiguo, música para señores, para viejitos”, dice Nodal. Cumplió el deseo de su madre, pero a petición de Nodal, su padre añadió el acordeón norteño — para representar su “esencia sonorense” — junto con trompetas estilo banda y suaves violines.
“Fue una locura en las redes sociales”, dice González. “Como que si la gente estuviera esperándolo”.
Cuando “Adiós amor” se volvió viral, el equipo de Nodal estaba formado por su mamá, entonces su manager de facto, y su papá, que era su productor. “La gente la empezó a compartir un montón en Facebook y en ese momento yo vivía en Ensenada y recuerdo que pasaban los carros tocando el cover”, dice Nodal riendo. Pero entonces notó un problema: nadie sabía que él era quien cantaba la canción. “La gente pensaba que era un señor y era muy chistoso estar en discotecas en Guadalajara y al final ponían la canción y yo decía: ‘Ese soy yo’”, cuenta. “Tenían la voz, pero no tenían la cara. Esa era una de mis tareas. Era algo como que me quitaba el sueño”.
Nodal necesitaba apoyo, y le llegó a través de Universal Music Latino/Fonovisa, que lo firmó en 2017 luego que “Adiós amor” llamara su atención. En agosto de ese año, había lanzado su álbum debut oficial, Me Dejé Llevar, que llegó al No. 2 de la lista Top Latin Albums de Billboard, su clasificación más alta en ese chart. Pero después de lanzar dos álbumes de estudio más entre 2019 y 2021 bajo Universal, una disputa con la disquera se hizo pública cuando Nodal recurrió a Instagram Live para revelar que no renovaría su contrato. Poco después, a principios de 2022, Nodal firmó con Sony Music Latin en asociación con Sony Music México. “Creo que cuando eres joven y no tienes conocimiento de esas cosas, tú haces lo que tienes que hacer para lograr tus sueños”, dice Nodal, absteniéndose de compartir más sobre el conflicto. “Si no te va mal en la vida, no aprendes”.
Cuando Nodal se reunió por primera vez con Verde y sus colegas de Sony Alex Gallardo (presidente de Sony Music U.S. Latin) y Roberto López (presidente de Sony Music México), dejó claras sus expectativas. “Yo les dije: ‘Quiero tener la libertad de trabajar con cualquier artista con cualquier disquera, quiero que me den libertad de decidir cuándo voy a sacar los álbumes y quiero ser dueño de mis álbumes también después de un cierto tiempo”, recuerda. “Afo, Alex, Roberto, son personas que quiero mucho y me han mostrado el lado bueno de la industria. Hay gente que en verdad está poniendo su vida, su fe, su empeño en que un artista crezca”.
“Con Christian lo que nos ayudó a construir una confianza y un gran equipo fue que desde el principio tuvimos una gran química”, dice Gallardo. “Supimos escuchar sus necesidades y sus preocupaciones, y trabajamos para poder facilitarle de nuestro lado el mayor soporte posible y poner a su disposición un equipo que trabajara para él y para ayudarle a él lograr sus objetivos”.
Para Sony, Nodal fue una incorporación valiosa a su roster — “un gran embajador de la música mexicana hacia el mundo… responsable de haber contagiado el amor por la música mexicana a las nuevas generaciones”, como lo expresa López. También ya era una estrella establecida. Su gira Forajido de 2022 recaudó 14,5 millones de dólares y vendió 147.000 entradas en 22 shows, según Billboard Boxscore, y en 2023 recaudó 21,6 millones de dólares y vendió 259.000 entradas. Bajo la supervisión de Sony, su estrella no ha dejado de crecer. Hasta la fecha, los álbumes de Nodal han obtenido un total combinado de 2,2 millones de unidades equivalentes a álbumes, según Luminate, y tiene 3.200 millones de streams oficiales on-demand en Estados Unidos. También ha colocado un total de 20 entradas en la lista Hot Latin Songs, cinco de ellas en el top 10, incluyendo el debut y pico en el No. 3 de “Botella tras botella”, con el rapero mexicano Gera MX, en 2021. La canción con tintes norteños e infusión de hip-hop también se convirtió en la primera regional mexicana en ingresar al Billboard Hot 100 en los entonces 63 años de historia de la lista (hoy son más de 30 las que han entrado al chart general).
“Christian estaba más listo [que yo] para ese momento”, dice Gera MX. “Seguía subiendo y subiendo, entonces nos empezamos a marcar así de, ‘¿qué pasó?’ Y yo le decía ‘esto es normal, esto ya te había pasado’, y me dijo ‘güey, esto es único, nunca había pasado y menos en una mezcla de urbano y regional’. Fue como subirme a la montaña rusa más alta de mi vida con uno de mis mejores amigos”. La canción la grabaron en una de sus carnes asadas durante la pandemia, cuando ambos vivían en la misma comunidad residencial en Guadalajara; Nodal iba en bicicleta a la casa de Gera. “Él sabía mucho más de rap de lo que yo imaginaba”, agrega Gera MX. “Es un artista que está en constante evolución”.
González se había mostrado más escéptico ante la colaboración. “No, ¿cómo vas a sacar eso? Se va a enojar la gente”, recuerda Nodal que le dijo su padre. “Y yo le decía, ‘Escúchame, esto es lo que viene [en el género]’”.
Nodal siguió su instinto — después de todo, no era la primera vez que él y su padre estaban en desacuerdo. “Si llevo seis o siete años de carrera, nos costó cinco años formar esa relación [saludable]”, dice Nodal. “Él iba para acá y yo para el otro lado. Yo no quería hacer lo que él quería que yo hiciera. Yo quería ser yo. Y ahí no tenía nada que ver cuestión papá e hijo. Ya funcionamos muy bien, tenemos la misma visión para el negocio de mi carrera”.
En octubre, Nodal pidió a sus amigos en Guadalajara que le compraran tres instrumentos de cuerda: un tololoche, una docerola y un requinto. “Se me metió en la mente hacer un corrido tumbado”, dice Nodal a principios de febrero. “El género me fue enamorando y me atrapó. Lo bueno es que mis vecinos no se quejaron porque el tololoche es muy ruidoso y no es muy grande mi apartamento”. Después de escuchar el demo, Nodal pensó que Peso Pluma sería una gran adición a la canción. Entonces, a través de FaceTime, le pidió al cantante de corridos que se reunieran, y lo hicieron en uno de los conciertos de Peso en Anaheim, California en diciembre, donde acordaron colaborar. “Hassan (el verdadero nombre de Peso) tiene un respeto hacia mi persona y carrera y encajamos súper bien”.
El resultado de la reunión, “La intención”, es una señal tanto de los tiempos actuales — los artistas regionales mexicanos más jóvenes ahora entienden que trabajar juntos solo fortalece el género — como de lo que le ha dado la longevidad a la propia carrera de Nodal. Su adaptabilidad no solo le ha permitido moverse entre géneros (como el pop, la cumbia y el urbano) con facilidad, sino también trascender generaciones y permanecer como una constante en un género en expansión que en los años transcurridos desde que inició su carrera se ha convertido en un movimiento global. “Sí sentía la responsabilidad y la siento hoy en día también con lo que hago con la música”, dice. “Siento que mi carrera musical está proyectada en el criterio musical de todos los jóvenes y me encanta que se atrevan a hacer cosas diferentes sin tener miedo”.
A sus 25 años, puede que sea relativamente el mayor veterano de la nueva (y muy joven) generación de artistas regionales mexicanos, pero Nodal está tan entusiasmado como cuando empezó. “Mucho de lo que he soñado ya lo cumplí, pero disfruto lo que venga. No estoy preocupado por la persona que tengo que ser en el género; lo más bonito es fluir con lo que esté pasando porque el regional mexicano siempre estará ahí. Seguiré sacando música de corazón, disfrutando del proceso y de lo que mis fans me han dado”.
Nodal se encuentra en un receso de varios meses hasta mayo, algo que para él se siente como un territorio inexplorado: no se había tomado tiempo libre desde que comenzó su carrera hace siete años. “El COVID no cuenta como vacaciones, ¿verdad?”, pregunta en broma. “No me conozco en modo vacaciones”, agrega con una risa nerviosa, como si se diera cuenta de eso mientras lo dice en voz alta.
Hoy, el “modo vacaciones” de Nodal suena feliz, pero vigorizado. A finales de este año, dice que lanzará Pa’l Cora, el álbum de sus sueños, que incluirá una sesión de grabación en Francia con su banda mariacheña a cuestas. La realización del disco, junto con la planificación y realización de una gira con paradas en países como el Reino Unido y Suiza — un importante hito en la gira de un artista de un género que normalmente no realiza espectáculos en Europa fuera de España — quedará plasmado en un documental tras bastidores.
Esos conciertos, y este álbum, fueron por mucho tiempo solo sueños para Nodal. “Siempre tenía la presión de que tenía que seguir moviéndome y no podía parar”, dice. Ahora, desde su sede en Argentina, puede llevar una vida más equilibrada, en la que la paz y los momentos de inspiración no son mutuamente excluyentes. “No creo que mi vida ha cambiado por donde vivo sino cómo estoy viviendo la vida”, reflexiona, sonando más sabio de lo común para su edad. “Creo que este tiempo fuera de estar para arriba y para abajo y conectar con lo que amo como ser humano me hizo darme cuenta lo afortunado que soy. Estoy en mi mejor etapa en todos los aspectos. Hay una luz en mi vida que ya nada me la puede apagar o quitar”.